EL HOMEOPATA DEL SIGLO XXI
Página 3/9
Autor: MIGUEL ANGEL PAGÉS Médico Homeópata |
Ni que hablar de los criterios de similitud. En la toma del caso tenemos la enorme posibilidad y ventaja de poder aplicar determinados criterios de similitud, no únicamente la patogenética que se utilizaba hace 250 años. En la actualidad podemos encontrar varios tipos de semejanza entre el medicamento y el enfermo basados en diferentes criterios:
Ahora bien, estos diferentes criterios de similitud, nos permite ante la consulta diaria una serie de alternativas para lograr satisfacer las necesidades de nuestros pacientes. Si bien el objetivo es poder reestablecer la energía vital con un remedio único, no siempre es posible hacerlo en una primera consulta. Hasta diría que no sería ni conveniente salvo que nos encontremos ante un caso de libro. No existe ninguna duda de que los tiempos han cambiado. Nuestra sociedad actual se entrelaza entre valores antiguos y nuevos parámetros. Estamos en el tercer milenio, siglo XXI. ¿Cómo es nuestra sociedad? ¿Qué y como somos? ¿De donde venimos y adonde vamos? Estas y otros cientos de preguntas nos invaden constantemente. Nadie en realidad tiene las respuestas. Despojándonos de nuestra individualidad y trasladándonos a nuestro rol de médicos homeópatas nos surge otro gran interrogante ¿Cómo es nuestro paciente? Uno de los requisitos para la correcta práctica de la homeopatía es saber observar. Desde que el paciente entra en nuestro consultorio tratamos de grabar en nuestra mente su forma de caminar, de vestir, de sentarse, de mirarnos. Pretendemos por lo estudiado hacer una analogía con algún remedio. Es delgado, nervioso, acomoda las cosas de nuestro escritorio, enseguida pensamos en “Arsenicum”. Notamos su aspecto desaliñado, sudoroso, desprolijo, “Sulphur” surge en nuestra mente. Y así puedo dar múltiples ejemplos. Pero en nuestra vida ¿siempre nos comportamos igual? Somos de una forma cuando estamos atendiendo a nuestros pacientes en el consultorio, cambiamos cuando ya distendidos llegamos a nuestro hogar y entramos en interacción con los miembros de nuestra familia, somos dulces ante el abrazo de un hijo, enérgicos cuando debemos dar una reprimenda. ¡Que diferentes cuando jugamos un partido de fútbol con los amigos del club!, somos diferentes cuando conducimos nuestro auto en un lugar conocido de la ciudad o en un itinerario desconocido. Podemos decir hasta que somos diferentes en algunas horas del día. Ni hablar de las diferentes etapas de la vida. Vamos cambiando porque vamos aprendiendo con el paso de los años y las experiencias vividas. Ahora, si estamos aceptando que en un mismo día podemos ser diferentes, es decir, tolerantes, tiernos, enérgicos ¿Qué sucede con nuestros pacientes? La escuela Kentiana sostiene que los síntomas mentales enseñorean el cuadro clínico. Es decir, son los más importantes para poder encontrar el simillinum. Puedo decir que estoy de acuerdo pero con un pero: son importantes y fundamentales después de haber conocido a nuestro paciente a través del tiempo.
|
Regresar al índice de Ponencias