Conferencia Homeopatica 2008

 

 

LA INFORMACIÓN BIOLÓGICA Y LA HOMEOPATÍA
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Autor: Dr. Gabriel Hernán Gebauer - Médico Homeópata -
Chile

 

 

Pues bien, salvo que se aportara energía extra desde afuera –por ejemplo en forma de calor, lo cual por supuesto dañaría a la célula-, la única otra forma de superar el problema de vencer esta barrera es mediante las enzimas y la capacidad que éstas tienen de formar un compuesto intermediario inestable, que corresponde al estado de transición de la reacción química, llamado “complejo enzima-sustrato”.
Siendo termodinámicamente inestable, este complejo rápidamente se rompe para dar lugar a productos estables y a la enzima libre, la cual no ha sufrido ningún cambio en el proceso y que puede volver así a cumplir su rol de catalizador innumerables veces más.
Estos son los hechos, pero ¿cuál es la razón profunda de esta capacidad catalizadora de la enzima?  ¿Cuál es la razón por la cual la simple presenciade la enzima apropiada determina que se produzca la catálisis? [1]
La enzima es una macromolécula proteica de un peso molecular que oscila entre varios miles y varios millones –mientras su sustrato no tiene usualmente más que varios cientos-, y que posee una estructura muy compleja, lo cual implica que posee también  una gran cantidad de información.
La causa de esta gran cantidad de información está en la Información biológica que trae consigo desde su origen en el genoma celular, y que explica sus propiedades tan especiales.
Es la Información biológica enzimática –cuyo origen, repetimos, es genético- la que determina que se produzca el complejo enzima-sustrato y, como resultado de este hecho, que la energía de activación se reduzca a un mínimo. Pues la enzima posee la Información biológica estrictamente apropiada para unirse a su sustrato, y solamente a él, lo que se conoce como especificidad enzimática; pues el genoma posee en potencia las Informaciones biológicas para reaccionar con una respuesta organizada ante cada uno de los sustratos que el organismo requiere en sus reacciones bioquímicas.
Pues bien, si Ud. ya ha ordenado una pieza, no necesita hacerlo de nuevo. Es decir, si la enzima ya posee esta especie de código –y que es su rasgo característico- que permite que se una al sustrato, no se requiere gastar energía en propiciar su encuentro con él, gasto que constituiría parte importante de la energía de activación necesaria en reacciones en ausencia de enzimas.
La formación del complejo enzima-sustrato no consume energía porque el trabajo de adecuar el sitio activo de la enzima a su sustrato correspondiente, ya ha sido realizado. La existencia de la Información biológica de origen genético asegura que ese sea el caso.
Por tanto, es la presencia de la Información biológica de la enzima la que permite superar la barrera a la reacción química (la llamada “energía de activación”) al propiciar el complejo enzima-sustrato correspondiente, y sin la necesidad de consumir energía en este proceso de formación del complejo.
Por su parte, el complejo enzima-sustrato representa un estado muy inestable por su alto nivel de complejidad, complejidad debida principalmente a la enzima. Así, entonces, con muy poca energía libre extra aportada por la energía interna de la célula, esta inestabilidad puede dar lugar rápidamente al equilibrio con sus productos de la reacción y la enzima nuevamente disponible para otra reacción.
En este último punto, las enzimas también cumplen un papel relevante al permitir un uso más eficiente de la propia energía interna del sistema celular –energía constituida fundamentalmente por las colisiones al azar de sus moléculas-, al inmovilizar a su sustrato permitiendo así que estos choques sobre él se conviertan en energía libre; vale decir, en energía capaz de hacer posible la superación de la barrera energética que la reacción química necesita consumar para completarse.
Como se puede ver, aunque el proceso catalizador es indivisamente uno solo, presenta dos etapas que fluyen naturalmente una de la otra, y que son: primero, la formación del complejo enzima-sustrato, que constituye un proceso termodinámicamente reversible, o sea, sin variación de la entropía (sin degradación de energía, por tanto); y, segundo, la vuelta al equilibrio inmediatamente después, con consumo de la energía interna del sistema celular y variación positiva de la entropía.
En resumen: Nada de esto sería posible sin la presencia de la Información biológica de la enzima como intermediaria de la Información biológica del genoma celular; en otras palabras, sin la presencia de la  Información biológica de la enzima que, como estructura biológica, responde organizadamente, a su vez,  a la Información biológica del sustrato uniéndose a él por medio de su sitio activo; pues el sitio activo de la enzima es el rasgo característico que la constituye como una Información biológica.
En estos ejemplos podemos apreciar el papel decisivo que la Información biológica tiene en la vida sobre la Tierra. Pensemos simplemente en que toda la maravillosa organización de un organismo es mediada por la acción concertada de las enzimas, cual orquesta sinfónica dirigida por el genoma.

 
 

 

 

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